
Microrrelato
GRANDES AMIGOS (MICRORRELATO)
Agustín el Puerco y yo éramos muy buenos amigos. El apodo, a él le venía heredado de su abuelo por haberse dedicado aquel buen hombre, profesionalmente, a matarlos cerdos cuando se lo encargaban sus dueños. Agustín y yo corríamos juntos estupendas aventuras: robábamos fruta, tocábamos timbres de casas y salíamos