SORPRESA EN UNA NOCHE DE LUNA LLENA (MICRORRELATO)
Desde tiempo inmemorial en las noches con luna llena han ocurrido fenómenos asombrosos como el que vivió Silverio Pérez.
Una noche de plenilunio, Silverio Pérez, recién casado con Melody Angélica se despertó de repente. Gozoso todavía de los maravillosos momentos vividos con su apasionada consorte, se giró con ganas de más cariño hacia el lado izquierdo de su gran cama de matrimonio y descubrió que su bella esposa no se encontraba más allí.
Extrañado la buscó por el interior de la casa y no la encontró. Alarmado ya, salió al jardín y, de pronto, la vio montada en una escoba cruzar por delante de la luna.
Aquel hombre enamorado sonrió feliz y comenzó a hacerle señas con los brazos pidiéndole que bajara y le enseñase a realizar aquello tan divertido que estaba practicando ella. E ilusionándose todavía más se imaginó a los dos tiernamente abrazados, bien apretaditos, volando en la misma escoba. ¿Habrá algo más bonito que el amor compartido?
Ella aterrizó a su lado y le preguntó:
—¿De veras quieres volar conmigo?
—¡Claro, no deseo otra cosa! —respondió él entusiasmado.
—¿Quieres ir a ponerte el casco de la moto? —ella preocupándose por él.
—No hará falta. Me agarraré bien fuerte a ti.
Durante un cuarto de hora estuvieron los dos volando, gritando de júbilo. Cuando se cansaron regresaron a tierra, y una vez entrados en la casa ella puso la escoba de pie detrás de la puerta, pues esta acción sirve para alejar a los visitantes no deseados.
Se ducharon y acostaron. Entonces él le dijo a ella:
—Por favor, cariño, no salgas más a volar esta noche. Me siento tan solo cuando no estás a mi lado.
—En vista de que no te asusta la altura ni tampoco te mareas volando, en adelante volaremos siempre los dos juntos.
Hicieron el amor y se durmieron con la felicidad que está reservada siempre para los matrimonios bien avenidos.
(Copyright Andrés Fornells)
