LA GENEROSIDAD DE UN PRESIDENTE (RELATO)
LA GENEROSIDAD DE UN PRESIDENTE
(Copyright Andrés Fornells)
—Hola, ciudadano. Me da gusto saludarle. Soy su presi —hipócritamente entusiasta el poderoso.
—¡Ah!
El hombre que acaba de ser saludado tan efusivamente observa sorprendido al mandamás.
—Veamos, admirable contribuyente, ¿qué recibe usted del Gobierno?
—Yo diría que nada. Que más bien al contrario —cauto el preguntado.
—Eso lo vamos a cambiar inmediatamente. Yo me comprometo solemnemente a ello. ¿Quiere usted recibir algo del Gobierno de ahora en adelante?
—Pues la verdad es que me iría muy bien, ya que hasta hambre paso algunos meses y llevo la misma ropa desde hace 30 años.
—Pues eso lo vamos a cambiar ahora mismo. Ahora verá. Deme usted cincuenta euros.
—Es todo lo que me queda hasta final de mes —expone, angustiado, su interlocutor.
—No se preocupe. Confíe en mí —el ciudadano abre su medio rota cartera, y le entrega al presidente el billete de 50 euros, que es lo único que tiene.
—Bien, los próximos cuatro meses recibirá usted, gracias a mí, un generoso regalo de 5 euros mensuales.
—¿Solo cuatro meses? —ambicioso el ciudadano.
—Cuatro meses es mejor que ninguno, ¿no cree? —contrariado el presi.
—¡Qué bien! —animándose el ciudadano—. Por favor, ¿me devuelve usted el billete de 50 euros?
—¿Qué billete? Amigo contribuyente, yo no he recibido nada de usted. El dinero público no existe. No quiera gastarme bromas, que no estoy de buen humor. Tengo infinidad de problemas ajenos echando humo dentro de mi cabeza. Aproveche el día de sol que hace, pues de momento el sol todavía no lo cobramos. Adiós, que le vaya bien. Y espero que pertenezca usted al grupo de los agradecidos. ¡Qué menos!
Y el presi se marcha muy satisfecho con la generosidad que él le ha demostrado al perezoso ciudadano que no trabaja los domingos y sospecha ha dejado maldiciéndole.
MORALEJA: Cualquier parecido de esta minihistoria con la realidad la motivaría la desbocada imaginación del lector.
