FEBRILES SUEÑOS GOZOSOS, REALIDADES CRUELES (MICRORRELATO)

sueños prohibidos(Copyright Andrés Fornells)

Llevo enterrados en mi almohada una inmensurable cantidad de sueños. Tantos y tan intensos, que a menudo más que dormido me mantienen angustiosamente desvelado. El nombre de mi amada debo guardarlo secreto, mudo, prohibido, como si fuera algo ignominioso. Sólo me es posible pronunciarlo cuando me encuentro solo en mi casa, cuando nadie puede oírlo. Es imposible para mí, según mi deseo, gritarlo a los cuatro vientos como me piden mi corazón y mi garganta.
No puedo decirle a ella ni a nadie que, en sueños, la he besado millones de veces, que mis manos han moldeado su cuerpo cálido, palpitante, sedoso, infinidad de veces; y que ella me lo ha ofrecido, me lo ha entregado de un modo gozoso, febril, desnudo. ¡Oh, esta idolatrable desnudez suya que hasta en sueños me maravilla, me hace temblar de emoción, embelesa mis ojos hasta el punto de que se niegan a seguir viendo ninguna otra cosa más!
Ella no lo sabrá jamás. Nadie lo sabrá jamás. Tampoco lo sabrá su dueño. Y aún menos lo sabrá mi dueña. Tengo que guardarlo bien encerrado dentro de mí y hay infinidad de momentos en que me asfixia, me tortura, me rompe, me mata.
Nunca imaginé, cuando esto comenzó, que soñar pudiera ser tan terrible, tan torturador; que soñar con ella pudiera irme destruyendo poco a poco, calladamente, secretamente.
Terrible desdicha la de los enamorados que no son correspondidos porque la injusticia de la vida les dejó fuera al ensamblar los sentimientos de las parejas, porque esos infelices viven en el infierno de una realidad que les es monstruosamente adversa.
Y sin embargo, estas víctimas del amor no correspondido, si dejan de soñar, de gozar en sueños, de vivir en sueños ¿qué les queda? ¡Nada! ¡¡Nada!!

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