OTRA CARTA MÁS PARA LOS REYES MAGOS (MICRORRELATO)

OTRA CARTA MÁS PARA LOS REYES MAGOS
Señores Reyes Magos, por esta nueva carta que os escribo reconoceréis  que la constancia es una de mis mejores virtudes. Vosotros, seguramente, lo mismo que sucedió con mis otras cartas anteriores, tampoco a ésta le haréis el menor caso. Pero os la escribo animado por ese apotegma consolador de tantos: “Lo último que hay que perder es la esperanza”.
Empezaré repitiendoos que no quiero nada para mí. Me he acostumbrado a vivir tan pobre y austeramente que ya me sobra hasta el hambre que, en ocasiones, padezco. Cuanto pido es para el bien  de toda esa buena gente que se llama: nuestro prójimo.
Y sigo con la mismas peticiones de las otras veces:
Que a los corruptos les caiga la cara de vergüenza aunque por lo dura que la tiene al chocar contra la calzada causen baches.
Que quienes han robado el dinero que es de todos los españoles devuelvan hasta el último céntimo, lo tengan en los paraísos fiscales o donde sea. Para ayudaros a localizarlos os diré unos cuantos paraísos de esos cuyos nombres conozco de escucharlos y leerlos en los medios de comunicación: Andorra, las Islas Caimán, Suiza, Gibraltar y Luxemburgo. El resto tendréis que buscarlos vosotros. Hay muchos más, investigad. Tenéis tiempo de sobra. Sólo trabajáis un día al año
Que no nos traigáis cosas de afuera vuelvo a insistiros. Comprad cosas que hacemos nosotros aquí en España para que así se creen puestos de trabajo en nuestro país y no en otros países para que sus habitantes vivan mejor a costa de que nosotros vivamos peor.
Que deis trabajo a los parados, pues es un crimen que los ciudadanos que quieren trabajar no puedan hacerlo y tengan que vivir de la caridad de sus familiares y, en mucha menor medida a costa del Gobierno que consigue la «guita» arruinándonos a los que todavía contamos con un empleo.
Que nos traigáis una ingente cantidad de píldoras mágicas que desarrollen en quienes las tomen: honradez, vergüenza y arrepentimiento.
También que nos dejéis una buena cantidad de oro para que podamos construir mejores hospitales, centros de enseñanza e instalaciones deportivas. 
Que el incienso entrando por sus narices llegue a los cerebros de quienes imparten Justicia y ésta sea igual para todos. Y al hambiento que roba un pan, le digan los Jueces: Bien hecho, nadie debe pasar hambre en un mundo donde existen tantos ricachones. Y al que roba millones lo condenen a tantos años de carcel como euros haya robado. 
Y la mirra nos la entregueis en forma de píldoras para que les sea más fácil tomarla, aquellos que quieran consumirla.
Por favor, señores Reyes Magos, hacedme caso esta vez y no tiréis mi carta al contenedor de la basura. Parte de la humanidad, dentro de la que me incluyo yo, os estaremos eternamente agradecidos
La firma me ha quedado borrosa por las lágrimas que se me han caído encima de este escrito. ¿Lágrimas de esperanza, o de otra cosa?

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