LOS DÍAS MALOS Y LOS DÍAS BUENOS (PÍLDORAS FILOSÓFICAS)
Mi abuelo Silvino me daba lecciones
que siempre me han sido muy útiles.
Cuando me veía abatido me aconsejaba:
—Nene, hay que procurar no desmoronarse
durante los días malos, para que quede algo
de nosotros en pie que pueda disfrutar de los días
buenos, cuando éstos lleguen.
No olvides que la vida,
al igual que las monedas,
tiene dos caras.