LA MALA LECHE Y EL ODIO ALCANZA MÁXIMOS (ACTUALIDAD)

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LA MALA LECHE Y EL ODIO ALCANZA MÁXIMOS
Si la mala leche y la extraordinaria capacidad para destilar odio que existe en este, por muchas razones desdichado país nuestro (especialmente en campañas electorales), se obrara el milagro de tornarse bondad, justicia y honradez, en lugar de estar a la cola del mundo en estas admirables virtudes, estarían en la cúspide.
Digo esto por la gran mayoría de partidos políticos, sus líderes y sus seguidores. Todos les escuchamos a diario escupir por sus bocas tantos insultos y maldades que, sin que nos sean dirigidas a nosotros, los esquilmados contribuyentes, nos revuelven las tripas.
Nos estamos volviendo cada vez más un país ateo (lo de laico me parece una toma-dura de pelo) y esto se nota muchísimo porque la bondad, la caridad y la solidaridad está bajo mínimos; vamos que está por los suelos, y por haber dejado de creer en Dios, muchos ya no creen ni en la madre que les trajo al mundo. ¡De pena, vamos! ¡De pena!