Bebida energética (microrrelato)

Corazon de Vampira_800

 

 

 

 

 

 

 

  • BEBIDA ENERGÉTICA
    Conocí a Amanda en una casa de comidas. Fuimos los dos a coger el mismo flan  y nuestras manos chocaron. 
    —Huy, perdona.
    —No, perdona tú.
    Nos observamos con interés. Yo le dediqué una sonrisa ligona. Ella me respondió con una mirada acariciante.
  • —El flan es tuyo –concedí.
  • –Es el último que queda.
  • –Para ti. Yo comeré una naranja que tiene mucha vitamina «C».
  • Ella sonrió con la boca cerrada y echó a andar delante de mí. Poseía un cuerpo espléndido y lo movía con excitante sensualidad. Tomó asiento en una silla. Encima de la mesa situada junto a ella habia únicamente un plato dentro del que estaban los cubiertos y un par de patatas fritas manchadas de catchup.  Le dije en plan simpático:
  • –¿Puedo quedarme a ver como te comes el flan?
  • –Pues claro –sonriéndome de nuevo—. ¿A qué te dedicas? —mostrándome abierta curiosidad. 
    —Soy escultor —con manifiesta intención—. Mi especialidad son los cuerpos femeninos desnudos.
    —Muy interesante —amable y sonrojándose levemente, reacción suya que me hizo suponer que ella era pudorosa.
    —¿A qué te dedicas tú? —curioso a mi vez.
    Ella hizo un gesto vago con su mano, mano que no habría querido mejor, para ella, una pianista.
    —A subsistir. Me dedico simplemente a subsistir.  
    Abrió su boca y dejó al descubierto sus afilados colmillos de vampira. Yo le respondí enseñándole los colmillos míos. Cuando terminamos de comer los postres marchamos hasta el coche mío y dentro de él, con las luces apagadas intercambiamos deliciosas succiones mientras escuchábamos el CD, que yo había puesto en mi aparato de música:
  • —“Devórame tonight, devórame tonight…”

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