UN PADRE Y UN HIJO HABLAN DE LOS QUE NO SON DE FIAR (RELATO)

UN PADRE Y UN HIJO HABLAN DE LOS QUE NO SON DE FIAR (RELATO)

Un hombre y su hijo pequeño visitaron, cierta mañana, un parque de su ciudad. Los dos disfrutaban estando juntos. Les gustaba contemplar los árboles y las aves que revoloteaban entre sus ramas, dando muestras de esa excitación especial que experimentan en primavera, época en la que se encontraban.

—Papi, ¿por qué no podemos nosotros volar igual que hacen los pájaros?

—Nosotros no podemos volar porque no tenemos alas.

—Y en el súper que tienen de todo, ¿no venden alas?

—No. En el súper no venden alas, pero venden boligrafos, que antiguamente se llamaban plumas, y que sirven para volar con la imaginación.

—¿Para qué sirve la imaginación, papi?

—Para infinidad de cosas.

—¿Qué cosas por ejemplo, papi?

—Pues para que yo te diga que te he dado diez euros y tú no los has recibido.

—Pero eso es mentir, papi.

—Entonces no emplearé la imaginación y no te daré los diez euros.

—Papi, ¿sirve para algo esto que estamos hablando?

—Sí sirve, sirve para que aprendas a no fiarte de quien te hace promesas, como los políticos, porque ellos emplean contigo la imaginación para engañar.

—Papi, yo no quiero ser político.

—Esta es la mayor alegría que me has dado esta mañana. Vamos. Voy a premiarte comprándote un helado.

—¿Estás usando la imaginación de los políticos, papi? —teme el niño.

—No, será un helado de verdad el que te voy a comprar, porque yo no soy un político.

Y cogidos de la mano caminaron hacia donde sabían se encontraba una heladería.

Años más tarde, aquel niño, convertido en adulto, viendo el daño que los malos políticos causan a la sociedad, advertiría a sus hijos que nunca se fiasen de ninguno de ellos.

(Copyright Andrés Fornells)