0:00 /0:05 1× Eliette se dirigió hacia su dormitorio, y yo la seguí. El dormitorio era acogedor, con una cama grande cubierta con sábanas de color crema y una alfombra suave bajo nuestros pies desnudos. El sol proyectaba rayos muy oblicuos a través de las cortinas semiabiertas. Entramos
Mi tío Blas era un hombre de esos que debido a su notable timidez, apocamiento y complejo de interioridad, todo el mundo considera insignificantes. Era el hermano mayor de mi madre, y todos cuantos lo conocían estaban convencidos de que moriría soltero. Fundaban su convicción en que además de su
0:00 /0:05 1× A la hora acordada, me presenté en el bloque de apartamentos donde vivían Eliette y su marido. El edificio era antiguo, con pintura descascarada en las paredes y una puerta de entrada antigua, de hierro y cristales. Llamé al telefonillo y esperé respuesta. —Allô? —Est-ce
Alrededor de las once de la mañana, dos días después de cerrar el acuerdo de trabajar en Cuba con el tal Amadeo, Eliette entró en mi habitación. Madame Camille le había proporcionado una llave de mi cuarto para mayor comodidad de ambos, pues yo solía dormir hasta el mediodía. Con