Los dos camilleros aguardaban protegidos detrás de una de las trincheras abandonadas por los soldados. Hasta ellos llegaba el ensordecedor retumbo de la artillería. El suelo temblaba bajo sus pies. A corta distancia de ellos las explosiones de las bombas levantaban grandes nubes de tierra y polvo. El olor a
Desde que los humanos descubrieron que justificar sus actos podía servirles de algo, emplearon la justificación con acierto, sin él, o incluso como vicio. Un hombre muy desdichado había encontrado un truco para engañar a su criticona conciencia y a los pocos amigos que todavía le quedaban: —Yo no soy
Paquita era joven, bella y caprichosa. Las dos primeras realidades eran, en ella de mayor duración, que la tercera. Por esta razón, únicamente, un día cualquiera ella descubrió que su prometido, Alfonsito, había dejado de gustarle y decidió terminar de inmediato la relación que mantenían. Era domingo, él la llamó
Este dios de la mitología polinesia, a pesar de lo pequeño de estatura que al parecer fue, no temía a nada ni a nadie. Estaba dotado de poderes mágicos y los aproximadamente veinte relatos que se escribieron sobre sus hazañas, demuestran que fue ingenioso, mujeriego y valiente. Cuando él nació,