LEYENDA QUECHUA (Supersticiones, misterios y magias)
Cuentan, algunos que dicen saberlo, que en fecha muy antigua el país, al completo, sufrió una terrible sequía a consecuencia de la cual murieron todas las plantas menos una, la flor de qantu que se resistió a perecer y de sus pétalos, milagrosamente, nació un colibrí.
Este colibrí voló hasta la cumbre del Waitapallana donde llegó exhausto y, antes de morir, pidió al Padre Supremo que se apiadase del mundo, pues el sol lo había abrasado.
Y el Waitapallana sintió tanta lástima por lo que acababa de conocer, que rompió a llorar. Y lloró tan abundantemente que sus lágrimas llegaron al lago Wacracocha y despertaron al Amaru que dormía enroscado a lo largo de la cordillera.
La serpiente alada, con cabeza de llama y cola de pez, ojos cristalinos y hocico rojizo, se desperezó y voló eclipsando al sol. Y entonces, de su hocico surgió la niebla de los cerros, de su aleteo la lluvia, de su cola el granizo y de sus escamas el arco iris.
Y así fue como renació la vida. Para los quechuas todo esto se halla escrito en las escamas del Amaru.
Propaguemos el saber de los antiguos, porque de ese saber somos nosotros herederos.