LAS GLADIATRICES EN EL GRAN ESPECTÁCULO DE ROMA (CURIOSIDADES)
Aunque generalmente sólo se suele hablar de los gladiadores de la antigua Roma, hubo también gladiadoras famosas por su fuerza, su destreza, su valor, y no faltaron las que destacaron también por su belleza y erotismo.
En el Museo Británico puede admirarse un bajorrelieve de dos de ellas que alcanzaron enorme prestigio en la arena del Coliseo: Achilia y Amazona.
Petronio, ese gran artista al que el desalmado Nerón forzó a suicidarse, menciona a una relevante gladiatrix, en El Satiricón su conocidísima obra literaria.
Asimismo existe información de que Domiciano, el hermano menor del emperador Tito (el verdugo de Jerusalén) organizó combates entre mujeres gladiadoras y entre mujeres gladiadoras y enanos. Y lo mismo hizo Nerón con esclavas y prisioneras etíopes.
Estas mujeres guerreras recibían durísimos entrenamientos a cargo de especialistas y, las que tenían padres gladiadores se entrenaban directamente con ellos. Y demostraban no tener miedo ni a la sangre ni a la muerte. Claro que, el número de ellas era muy reducido comparado con el de los hombres. La mayoría de estas mujeres luchadoras eran esclavas y prisioneras, aunque también entró alguna aristócrata amante de diversión, emociones fuertes o dinero. Y también, por el dinero que podían ganar, acudían romanas de clase baja a entrenarse y después a actuar.
Por cuestiones prácticas solían, la mayoría de ellas, llevar el pelo corto igual que los hombres y no cubrían su cabeza con casco alguno. Tampoco faltaron las gladiatrices que, pretendiendo emular a las míticas amazonas, combatían con un pecho al descubierto.
Hubo propietarias de gladiadoras que se enriquecieron con su patrocinio, como la esposa de Decimo Junio Valente, organizando para estas profesionales de la lucha enfrentamientos a muerte.
El emperador Hostiliano presumió de ser el primero en organizar un gran espectáculo de gladiadoras reuniendo un total de quince en una misma sesión sobre la arena.
Las guerreras también lucharon contra algún hombre, al que obligaban, para igualar un poco la diferencia de fuerza, a combatir con un brazo sujeto a la espalda.
Las mujeres, hijas o nietas de los senadores tenían prohibido ser gladiadoras, aunque alguna hubo que se saltó a la torera esta prohibición. Uno de los espectáculos de mayor éxito era el que ofrecían guerreras luchando contra enanos, de noche, a la luz de las antorchas.
En el año 200 d. C. el emperador Septimo Severo prohibió la lucha de mujeres en los espectáculos.
Curiosamente, el nombre de gladiadores tiene su origen en el arma Gladius, una espada corta de hoja recta similar a la que utilizaban los soldados romanos.
Hay discrepancia entre algunos historiadores sobre lo que sucedía en los enfrentamientos entre gladiadores, pues unos hablan de que morían muchos de ellos, y otros, que eran pocos los gladiadores que perdían su vida en los espectáculos en que tomaban parte. Eso sí, heridas muchas.
Y finalmente un detalle que llama la atención, y es que los emperadores romanos, cuando condenaban a muerte a un gladiador, no apuntaban con el dedo gordo hacia abajo, como nos han mostrado las películas de Hollywood (tan habitualmente poco respetuosos con las verdades históricas), sino que apuntaban con el pulgar hacia arriba.
(Copyright Andrés Fornells)