LA MUJER QUE COMPLACIÓ A CIEN HOMBRES SEGUIDOS (HISTORIA)

LA MUJER QUE COMPLACIÓ A CIEN HOMBRES SEGUIDOS (HISTORIA)

Valeria Mesalina conquistó, con sus encantos y su inteligencia, al emperador Claudio. Estas dos valiosas cualidades suyas le valieron, la primera de ellas para conquistar a una ingente cantidad de varones, y la segunda para influir políticamente con su marido en las decisiones que él tomaba.

Según algunos historiadores, al principio, Mesalina amaba a su esposo y el motivo de que le fuese infiel se debía a que era una ninfómana insaciable. Por esta razón le fue contantemente infiel, con todos los hombres que podía: miembros de la nobleza romana, gladiadores, soldados, actores y hasta sirvientes. A nadie que se acercase a ella pidiéndole el acto sexual, le decía que no. Y cuando no tenía a ningún aspirante a acostarse con ella, se prostituía por los barrios de la ciudad.

Era tan extraordinario el éxito que tenía entre los hombres que se atrevió a lanzar un reto a las prostitutas de Roma. El reto consistía en organizar en su palacio, aprovechando la ausencia del emperador Claudio, que se hallaba en Britania, una competición que consistiría en complacer a un mayor número de hombres en una sola noche.

La competición comenzaría al anochecer y al mismo asistirían muchos hombres que ostentaban altos cargos en Roma, además de mujeres a las que Mesalina había convencido para que participaran en este extraordinario evento.

Las prostitutas aceptaron el reto y enviaron como representante de todas ellas, a Escila, una siciliana que ostentaba el título de ser la prostituta más bella, caliente y famosa de Roma.

Y las dos mujeres, la esposa del emperador Claudio y la afamada prostituta comenzaron a recibir hombres en su lecho.  

Después de haber mantenido relaciones sexuales con 25 varones,  Escila, declarándose agotada, se rindió.

Mesalina estuvo compitiendo toda la noche y al amanecer había copulado con un total de 100 hombres, así que fue por muchísimo la ganadora.

Lo que arruinaría la vida de Mesalina, no serían las infidelidades, sino la ambición. Aprovechando que Claudio, su marido, se hallaba ausente, por haberse ido al puerto de Ostia, ella y su amante especial, el cónsul Cayo Silio se casaron y tramaron una conspiración para derrocar a Claudio y poner en su lugar a su nuevo esposo.

Avisado el emperador por su liberto Narciso,  sobre la bigamia de su mujer y la trama urdida contra él, condenó a ambos traidores a la muerte con el método del suicidio, cada uno de su propia mano.

Cayo Silio se clavó un puñal en el pecho y murió. Mesalina no tuvo valor para hacer lo mismo y fue decapitada por la espada de un centurión cumpliendo las órdenes del emperador Claudio. No es conocido si le entristeció o lamentó el emperador la muerte de su bella y ardiente consorte

Mesalina solo contaba 23 años cuando fue ejecutada, pero en tan breve espacio de tiempo fueron tan notorias sus hazañas que la historia la ha convertido en un personaje famosísimo.

(Copyright Andrés Fornells)

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