EL SECRETO DE UNA LONGEVIDAD (RELATITO)
Muchos de los que conocían a Norberto Cachazas lo criticaban duramente porque era muy tranquilo y pausado en su forma de moverse y andar, tal era así que siempre llegaba tarde a todas sus citas:
—Este hombre no es de fiar. Desconoce la virtud de la formalidad y la puntualidad. Nunca se presenta, a los compromisos que contrae, a la hora acordada —criticaban los más indignados con su modo de proceder.
Cuando Norberto Cachazas le hicieron un homenaje para celebrar que había alcanzado la extraordinaria suma de 110 años, un periodista lo entrevistó. De las varias preguntas que le hizo, la más interesante de todas ellas fue la siguiente:
—¿Qué secreto suyo ha sido el que le ha permitido alcanzar tan extraordinaria longevidad, señor Norberto?
Norberto Cachazas, al que nunca había dejado de funcionarle a pleno rendimiento el sentido del humor, respondió al periodista, muy pausadamente, después de tenerlo cinco minutos largos aguardando su respuesta:
—Verá usted, el secreto mío que me ha permitido haber alcanzado tan avanzada edad es la calma. La gran calma que, para todo, he tenido siempre. Varias veces me ha citado la muerte para que nos encontrásemos, pero debido a lo mucho que yo me retrasaba en llegar a nuestra cita, ella, la muerte, terminaba cansándose de esperarme y se iba en busca de otro que, al contrario que yo, sí poseía la virtud de ser puntual.
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