EL PAÍS QUE BORRÓ TODA SU HISTORIA (MICRORRELATO)

EL PAÍS QUE BORRÓ TODA SU HISTORIA (MICRORRELATO)

En el año 2200, un turista se extravió con su pequeña nave espacial y fue a parar a un país cuyos habitantes habían alcanzado en materia de odio la más alta perfección y, por ello, erradicado completamente la imparcialidad, la piedad, el perdón y borrado su pasado, todo lo cual los había llevado a hundirse en una ruina total.

Este turista extraviado, al descubrir la pobreza allí reinante y recibir las miradas hurañas de los habitantes que encontraba por sus calles, se fueron adueñando de él la desconfianza y el temor.

Finalmente, viendo a un viejo sentado en la puerta de una de las viviendas, matando los piojos de su cabeza, decidió dirigirle la palabra y demostrarle su extrañeza:

—Tienen ustedes una ciudad muy rara. No he visto ningún monumento. ¿Es que no tuvieron ustedes ninguna víctima de un terrible tirano, grandes héroes, grandes políticos, grandes artistas, grandes científicos?

El anciano dejó durante un momento tranquilos a los habitantes de su cabeza, movió los labios como si realizase un ejercicio de precalentamiento y finalmente expuso con voz cascada y trabucándose:

—Tuvimos de todos esos pero tenían ideas políticas diferentes a las nuestras, la mayoría, y los borramos de todas partes y hemos conseguido el mismo resultado que si nunca hubiesen existido. Hemos hecho una limpieza total, absoluta, perfecta.

—Pero eso ha sido una atrocidad —juzgó, asombrado el forastero—. Se han quedado ustedes sin historia.  

—La historia la estamos haciendo nosotros. No necesitamos otra —bien aleccionado y convencido su interlocutor.

—Entonces ustedes no aprenden, mirando al pasado, de los errores cometidos y los vuelven a cometer.

—Oiga, a usted no le importa lo que nosotros hacemos, ni consentimos a nadie que nos critique. Lárguese antes de que le dé a probar la solidez de mi bastón —cogiéndolo del suelo donde lo había tenido hasta entonces.

—Enseguida lo hago —retrocediendo unos pasos el turista venido del espacio—. Para mí, y creo que para nadie tiene interés alguno un país sin historia. Adiós, disfruten plenamente de su pobreza física e intelectual, puesto que eso es lo que quieren.

Aquel decepcionado turista contó en las red de información global su mala experiencia y, al país que no quería tener pasado ni historia, nunca fue nadie y sus habitantes existieron tanto tiempo como su suicida miseria les duró.

(Copyright Andrés Fornells)