CONTAR CUENTOS (MICRORRELATO)

CONTAR CUENTOS
Siendo todavía un adolescente regresé de una de mis salidas nocturnas a las cuatro de la madrugada, cuando tenía permiso sólo hasta la medianoche. Para evitarme la reprimenda de mis padres les puse, como excusa, que se me había parado el reloj y no sabía la hora que era.
—Ese cuento se lo cuentas a otros, que con nosotros no te vale —me advirtieron, severos.
Y eso vengo haciendo de un tiempo a esta parte: contar cuentos. Y mi enorme, inconsolable pena es que a ellos, a mis padres, no les puedo contar ningún cuento más porque, desgraciadamente, no los tengo más conmigo.