ALGUNAS RAZONES POR LAS QUE QUIERO TANTO A MI PERRO (MICRORRELATO)
(Copyright Andrés Fornells)
Cuando llego a mi casa, la mitad de los miembros de mi familia, muchas veces, entretenidos en sus cosas (teléfonos móviles principalmente) ni contestan mi saludo. En cambio, “Max”, mi perro, corre inmediatamente hacia mí, salta y baila de alegría, superfeliz de verme y me lame la mano que es su forma de decirme: ¡te quiero, te quiero, te quiero…!
Propongo a los miembros de mi familia salir a dar un paseo, e inmediatamente ponen mil excusas para no acompañarme. Mi perro, por el contrario, en cuanto me ve coger su correa, se vuelve loco de contento, ladra feliz, convierte su rabo en un ventilador, y se viene conmigo a donde sea. Al infierno se vendría él, si allí fuera yo (que ya veremos si no voy).
Mi perro nunca discute conmigo, nunca está de morros conmigo, nunca me pide cosas caras, y es que mi perro no me quiere por el interés. Su cariño es desinteresado, generoso, sublime.
Mi perro no se acuesta conmigo, porque no se lo permitimos, pero estoy seguro de que si lo hiciera no me daría la espalda, ni me condenaría a un hosco silencio porque no le he concedido éste o el aquel capricho.
Mi perro, cuando me ve triste se preocupa por mí, hace todas las tonterías de este mundo para hacerme sonreír, cuando no reír. ¡A mi perro le importo! ¡Le importo más que cualquier otra cosa de este mundo, huesos incluidos!
Mi perro no presume de nada, no tarda dos horas en arreglarse cada vez que hay que salir a algún sitio, ni se encierra en el cuarto de baño durante horas obligándome a salir a la calle para no orinarme encima.
Por todo lo expuesto anteriormente, y mucho más que me callo para no buscarme problemas gordos familiares, me voy a llevar un disgusto de muerte si no existe un cielo para los perros, pues el mío, sin duda alguna, por sus bondades, fidelidad y ternura hacia mí, tiene ganado de sobra un puesto de honor en él.
Y perdonadme si no continúo elogiando un poco más las extraordinarias cualidades que posee mi perro, pero es que se ha hecho la hora de sacarlo de paseo. Voy a coger la bolsita higiénica por si se le ocurre hacer caca en la calle, la letrina favorita de estos adorables y fieles animales. Hasta luego, amigos.