VALERIA SE ECHÓ DE NOVIO A UN VAMPIRO (RELATO)
Encuentro casual, en la calle, de dos amigas que llevan algún tiempo sin relacionarse.
—Vaya, Valeria, en casi un mes que hacía no nos veíamos, has adquirido un aspecto de lo más saludable —sorprendida, dice Carmina a su amiga —. Incluso has perdido peso y te mueves con mayor elegancia.
—Cierto, Carmina. Ha mejorado mucho mi físico y mi seguridad desde que me he echado de novio a un vampiro.
—¡No me digas que chupándote él sangre te procura ese aspecto tan lozano y favorable!
—No, no es eso. Él y yo nos respetamos mucho. La sangre suya, es suya, y, la sangre mía es mía. Es que salimos juntos los dos todas las noches a chuparles sangre a otros —aclara Valeria.
—¡Qué extraordinario! Oye, ¿tiene tu novio algún amigo o familiar varón con sus mismos hábitos alimenticios, que me lo puedas tú presentar?
—¿No estás contenta con el novio que tienes?
—Más bien, no.
—¿Y eso?
—Pues resulta que mi novio me asusta todo el tiempo diciendo que estoy tan buena que me va a comer enterita y, además, por acostarme con él estoy engordando.
—De acuerdo. Te presentaré a un primo de mi novio que está muy bien físicamente, tiene además muy buena dentadura y huele también a lirios.
Las dos chicas sonríen felices. Caminan, se mueven sinuosos sus cuerpos jóvenes, voluptuosos, despertando brillos de deseo en muchos ojos. Ellas sonríen porque saben esto y les encanta.
No coinciden los pensamientos que tienen. Carmina piensa en lo complicado que puede ser relacionarse con un vampiro, mientras Valeria piensa en el blanco, hermoso cuello de su amiga y en el gusto que pasaría clavándole sus afilados incisivos.
Un coleccionista de ropa interior femenina las mira con embeleso y desea conocer donde tienden ella sus prendas de lencería para ir a robárselas.
Un perro las sigue subyugado por el exquisito perfume que desprenden sus bellos cuerpos.
Yo vigilo todo el tiempo a una de ellas, a Valeria, mi novia, pues soy un vampiro muy celoso.
(Copyright Andrés Fornells)
