UNA VISITA AL BARBERO (MICRORRELATO)
UNA VISITA AL BARBERO
La mamá, después de haber realizado unas tareas necesarias, regresa a la barbería donde dejó a un hijo pequeño para que le cortasen el pelo. Se lo han cortado ya y encuentra al niño esperándola. Paga ella al barbero y, madre e hijo salen a la calle:
—Nunca más vendré aquí —asegura el chiquillo mostrándose aterrado—. Ese hombre asesino me ha amenazado con cortarme una oreja si me movía.
—Lo habrá dicho en broma —medio se ríe ella.
—¿En broma? Mira ese perro sentado a un lado de la puerta.
La mamá lo mira. Se trata de un dóberman. La mamá duda entre contarle la crueldad que les hacen a estos animales, o dejar que a su nene le crezca tanto el pelo que no quede más remedio que verse obligados a llevarlo al barbero amenazador.
Se detiene delante del escaparate de una boutique donde tienen unos modelitos preciosos. Se olvida de los temores de su hijo. También ella conoce otra crueldad, la de no tener dinero para comprarse cosas tan bonitas como las que en este momento están enamorando a sus ojos.
Suspira hondo. Acepta la amargura de la renuncia. Tira de la mano del pequeño y, amorosa, el dije:
—En el primero quiosco de chuches que encontremos te compraré un chupachup.
—Mami, prefiero gominolas.
—De acuerdo. Serán gominolas.
El niño sonríe y da saltitos de contento. Su madre sonríe también y dice resignada:
—Ojalá tuviese yo tú facilidad de olvido.