UNA VIDA DESPERDICIADA POR COMPLETO (MICRORRELATO)

(Pintura de Vincent Van Gogh)

(Copyright Andrés Fornells)
Hubo una vez un niño que, siendo testigo de lo muy desdichados que los continuos ataques de celos hacían a sus padres, lo mismo que las amargas afirmaciones de que recibían menos amor del que daban, decidió evitaría él ser como ellos, algo que entendió conseguiría no amando a nadie, ni siquiera a sus padres que tanto cariño le demostraban.
Con su desarraigada conducta, este hijo consiguió que sus progenitores fueran infinitamente desdichados porque le querían mucho y no recibían muestra alguna de ternura por parte suya.
Cuando este niño llegó a la adolescencia, hizo padecer a las muchachas que, enamorándose de su hermoso aspecto, no consiguieron por parte de él otra cosa que absoluta frialdad e indiferencia cuando no cruel desprecio.
Este joven insensible consumió su juventud vacía por completa de sentimientos hacia los demás y, llegado a la vejez se dio cuenta de la inmensa soledad en que había vivido su vida, en la amargura y la desdicha que le consumía el corazón y descubrió, horrorizado, lo inútil que había sido su existencia consumida sin haber dado nada de él a nadie y, por reciprocidad, tampoco recibido. Y cuando finalmente murió, murió sintiéndose el hombre más triste y desaprovechado del mundo.
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