UNA MODESTA LOA MÍA SOBRE LOS EXTRAORDINARIOS REYES CATÓLICOS (HISTORIA)
Isabel de Castilla y Fernando de Aragón contrajeron matrimonio el 19 de octubre de 1469. A ellos se debe el que sacaran a España de la Edad Media, la unificaran, consiguieran la paz después de más de siete siglos de guerras y convirtieran un pequeño país como el nuestro en la primera potencia transoceánica de la historia moderna.
Restauraron la legitimidad del poder real sobre la nobleza.
Conquistaron el último reducto musulmán de la Península Ibérica con la toma de Granada en 1492, con lo cual culminaron la Reconquista y aumentaron su prestigio en la Europa Cristiana.
Además del reino nazarí de Granada, conquistaron Canarias, Navarra, Rosellón y la Cerdeña, concluyendo el proceso de la unificación de España.
Sentaron las bases del poderoso Estado monárquico territorial en que se convertiría España.
Restablecieron la autoridad real, preocupándose de limitar los poderes eclesiásticos y nobiliarios.
Crearon un ejército estructurado y profesional independiente de la nobleza.
Apoyaron a Cristóbal Colón en la busca de una ruta alternativa para llegar a las Indias.
Con su ayuda a Colón se lograría el descubrimiento de un “Nuevo Mundo” que permitió la expansión extraeuropea de la Corona española.
Isabel y Fernando, fueron nombrados también como Reyes Católicos, gracias al papa valenciano Alejandro VI que lo certificó en una bula emitida en diciembre de 1496.
Los Reyes Católicos tuvieron cinco hijos: Juan, Isabel, María, Juana y Catalina. Todos ellos murieron de forma prematura.
Su hijo Juan de Trastámara y Trastámara, el futuro heredero del Reino, murió inesperadamente a la edad de 20 años. Prematuramente lo mismo que sus hermanas. Está enterrado en la Iglesia de Santo Tomás (Ávila).
Los Reyes Católicos están enterrados en la Capilla Real de Granada. Para la reina Isabel esta ciudad tenía el simbolismo de ser el último reducto del Islam en la Península Ibérica, después de más de siete siglos de presencia musulmana.
Junto a las tumbas de Isabel y Fernando están los sepulcros de Juana la Loca y de Felipe el Hermoso.
Este modesto y breve escrito mío no tiene mayor propósito que recordar a los grandiosos, extraordinarios personajes que ha tenido nuestro país y, a los que tantos españoles microscópicos se permiten, en vez de recordarlos y ensalzarlos, ignorar y hasta menospreciar con una vileza tal que los retrata como lo que son…
