UNA IDEA SALVADORA (MICRORRELATO)

  • (Copyright Andrés Fornells
    Agapito Sánchez y Marcela Pérez estaban casados, eran jóvenes y se querían mucho. Él era dueño de una ferretería y ella era una oficinista en paro. El negocio iba muy mal y Agapito cuando por la noche regresaba a casa se mostraba abiertamente apesadumbrado y pesimista:
    —¡Maldita sea! Voy a tener que cerrar el negocio. No gano ni para pagar la luz. Aguantaré hasta final de mes poniéndolo todo rebajado a la mitad de precio perdiendo dinero.
    Su mujer, después de intentar levantarle el ánimo con unos besos le comunicó una ocurrencia que había tenido y que podría salvarles de la ruina económica.  Agapito, escandalizado, tajante, se negó en un principio.
  • –Antes muerto, que humillado en tal medida. ¿Me oyes, Marcela? Yo tengo unos principios tan arraigados e inamovibles como una montaña.
  • —Vamos, maridito, no seas tan antiguo y cerrado de mollera. Ten bien presente que las miradas no deshonran. Y veamos si tienes tú una idea mejor que la mía que pueda sacarnos de la ruina en que estamos metidos —desafió Marcela.
    Él no tenía idea salvadora ninguna y, después de pasar una noche con más horas despierto que dormido, pasando de la vergüenza a la conveniencia, llegada la mañana dio, con no poco disgusto y pesar su consentimiento. Y dos días más tarde comenzó a vender prismáticos y telescopios sin parar y lo mismo ocurrió en días sucesivos. Sus clientes no eran solo  hombres, pues también alguna mujer adquirió alguno de estos objetos . Y todos  los compradores, los vecinos desde sus casas y los que no lo eran apostados en lugares  desde donde podía ver el salón  enfocaban al mismo lugar, el salón de la casa de Agapito y de Paulina donde ella, que estaba hermosísima, se paseaba muy cerca del gran ventanal donde sus numerosos admiradores podían verla muy bien y gozar de su excitante, total desnudez, mientras su sufriente marido, oculto en un rincón, se mordía las uñas aceptando que la desverguenza de su mujer y su forzado consentimiento les estaba cambiando ruina por notorias ganancias.

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