UNA ANCIANA (RELATITO)
UNA ANCIANA
(Copyright Andrés Fornells)
Ha caído la noche. La plazuela donde habían jugado los niños y ocupado sus dos bancos el par de ancianos de todos los días, uno con bastón y el otro con las piernas algo más firmes, aunque camina a pasos cortos y arrastrando mucho los pies, ha quedado vacía. Vacía como ella.
La farola que ella puede ver sin moverse de su destartalada butaca tiene una multitud de insectos girando y girando sin ir a ninguna parte.
También los humanos giran sobre el castigo divino de ganarse el pan con el sudor de su frente hasta que exhaustos y sin fuerzas solo les queda esperar a que la muerte les lleve. Todo cuando han trabajado y sufrido, no les ha servido de nada. Se irán con las manos vacías, o si los familiares son creyentes con un rosario entre ellas.
La anciana está esperando. Tiene una cita segura. Aquella a la que espera vendrá, mañana y pasado, o cuando quiera, pero inexorablemente vendrá.
A tientas la mujer abandonada por los suyos, apoyándose en los mubles que va encontrando en su camino consigue llegar a su dormitorio. Se acostará vestida. Está demasiado cansada para realizar el terrible esfuerzo de quitarse el vestido y ponerse un camisón.
Lo más triste de este historia, es que hay muchas historias iguales en todas partes.