UN NIÑO SE VEÍA FEO CUANDO LLORABA (MICRORRELATO)
Una mamá y su hijo pequeño están en el salón de su casa viendo unos dibujos animados. Estos dibujos animados son muy modernos y estúpidos. Dos cepillos de dientes, uno de color berenjena y el otro de color zanahoria, hablan. Tienen unas voces chillonas, desagradables, horribles. Se divierten ambos cepillos de dientes haciendo un agujero en el suelo dentro del que se proponen enterrar una caries maloliente.
Aburrido, el niño le hace a su madre una de sus preguntas inesperadas:
—Mami, ¿por qué me pongo tan feo cuando lloro?
—¿Te pones feo cuando lloras? —en tono jocoso ella, mientras le acaricia el pelo.
—Lisa me hizo una foto llorando y luego, para hacerme rabiar, me la enseñó.
Lisa es su hermana mayor y los dos se hacen trastadas todo el tiempo.
—Todos nos ponemos feos cuando lloramos, hijo.
—No, tú no te pones fea, mami. Cuando tú lloras papá dice que estás muy guapa y, al día siguiente te regala una rosa.
—Ay, hijo, ¿no has pensado en que puede que seas feo hasta cuando no lloras? --en broma ella
—Eso es lo que más rabia me da de ti, mami, que encuentras siempre explicación para todo.
—Eso no significa que yo no te quiera más que a nadie de este mundo.
—¿De veras, mamá? —ilusionándose el pequeño.
—De veras del todo. Tanto es así que como alguien me contradiga si digo que eres el niño más guapo del mundo, que se ponga unos guantes de boxeo porque lo voy a noquear.
La madre del niño que se ha visto feo cuando llora —cierra sus puños significativamente.
El chiquillo rompe a reír con todas sus ganas y henchido de felicidad reconoce:
—Mami, eso es lo que más me gusta de ti, que te pelearías con cualquiera, por mí.
—Sin la menor duda. Dame un abrazo bien fuerte y a partir de este abrazo nuestro nunca más te pondrás feo cuando llores.
Abrazados, madre e hijo se ríen de muy buena gana.
Algunas personas encuentran muy fácilmente el modo de sentirse felices y serlo.
(Copyright Andrés Fornells)