UN JOVEN SE ENAMORÓ DE UNA JOVEN QUE NO LE CONVENÍA (Microrrelato)

Ella era una joven extremadamente hermosa, extremadamente interesada y extremadamente libre.
A ella le bastaba sentarse junto a la barra de un bar o el banco de un parque, o simplemente caminar por la calle para atraer inmediatamente a hombres a los que cobraba caro el disfrute de sus portentosos encantos.
Un día, un joven, nada más verla se enamoró perdidamente de ella y tembloroso de emoción la invitó a salir. Ella, con descarnada sinceridad le dijo:
—Tú quieres lo mismo que todos: poseer mi cuerpo. Pues podrás tenerlo pagándome por ello.
Él, fascinado y entristecido por su crudo materialismo, aceptó no obstante su exigencia. Hicieron el amor y el joven descubrió que ya no podría amar a ninguna otra mujer. Y le suplicó que en adelante ella le fuera fiel, lo mismo que su madre lo era a su padre, porque a él lo matarían los celos si ella concedía sus favores a otros hombres.
Ella, la joven de la minifalda sonrió cínicamente y le respondió que le entregaría su cuerpo en exclusiva si él le pagaba todos los días el dinero que ella ganaba entregándoselo a varios hombres diferentes.
Él preguntó a cuánto ascendía, y ella le dijo una cifra que él no podría reunir ni con el salario de tres empleos como el que tenía. Lo invadió una mezcla de infinita congoja y reconcentrada furia. Tuvo en la punta de la lengua llamarla despreciable prostituta, pero se mordió la lengua por miedo a despertar su enojo y que, en el futuro, ni pagándole quisiera ella entregársele de vez en cuando.
Esta historia tuvo un final totalmente injusto, como ocurre con tantas otras historias. El joven enamorado de esta joven ambiciosa atracó un banco para poder seguir pagándole lo que ella le exigía por sus favores, lo detuvieron y encarcelaron. De ella se prendó un banquero que tenía el suficiente dinero para pagarle el deleite corporal toda su vida y ella demostró que, cuando le consideraba conveniente para ella, podía ser fiel a un único hombre.
(Copyright Andrés Fornells)