UN COLLAR DE ESMERALDAS TUVO LA CULPA (MICRORRELATO)
Cuco estaba enamorado de Cuchi, pero era extremadamente tímido y carecía de coraje para confesárselo abiertamente. Cuco me conocía de ayudarle yo en sus estudios, primero, y más tarde, de limpiarle yo su coche deportivo a cambio de una propina. Y ocurrió que por él considerarme una persona sensata me pidió consejo sobre un asunto que era, para él, de suprema importancia . Por estarle agradecido, yo le di un consejo que creí extremadamente romántico. Siguiendo el consejo mío, Cuco le dijo a Cuchi, presentándose en su casa:
—Preciosa, me sentiré muy feliz si permites que tu cabeza y la mía reposen en la misma almohada el resto de nuestras vidas.
Cuchi se lo quedó mirando con evidente desaprobación en sus bonitos ojos verdes y le respondió, antipática:
—No seas tan tacaño, tío, y cómprate una almohada, que la que yo tengo la quiero para mí sola.
Y así de frustrante fue la respuesta que Cuco obtuvo de la altiva Cuchi.
Cuchi va a casarse la semana próxima con un millonario, y de ello Cuco me echó las culpas a mí.
—Me diste un consejo muy malo y por tu culpa, Cuchi nunca será mía y yo moriré de tristeza en la principesca alcoba de mi maravillosa mansión.
Me defendí:
—Yo te di ese consejo porque tú me expusiste tu convicción de que Cuchi era romántica. En vista de que Cuchi no es romántica, te daré ahora un consejo materialista. ¿Qué es lo más caro que ese pretendiente de Cuchi le ha regalado?
—Un collar de esmeraldas valorado en cinco millones de euros.
—Pues vete a ver a Cuchi, lo más pronto que puedas, y regálale tú un collar de esmeraldas valorado en diez millones de euros y dile que quieres casarte con ella.
Cuco me hizo caso y el que se va a casar con Cuchi la semana que viene será él, que me ha felicitado y preguntado cómo sabía yo que Cuchi rompería con su pretendiente prefiriéndole a él.
Lo he mirado con lástima y le he dicho:
—Lo he sabido porque siempre he sido muy bueno en matemáticas. Tú lo sabes bien porque yo te hacía los deberes cuando ibas al instituto y sacabas sobresalientes gracias a mí. Y ahora dame un poco de dinero para que pueda asistir a tu boda llevando puesto un buen traje y no parezca yo tu pariente pobre y mendicante.
De Cuco podre decir que no es muy inteligente, pero generoso sí lo es. Con el dinero que me dio acabo de comprarme un traje Armani y un reloj de oro Philip Patek para que luzca cuando yo estire el brazo asomando por debajo de la manga.
(Copyright Andrés Fornells)