UN CHINO EN LA MISA DEL GALLO (MICRORRELATO)
UN CHINO EN LA MISA DEL GALLO
Un chino que llevaba muy poco tiempo viviendo en España, se enteró de que en la iglesia cercana al pisito que compartía con treinta y dos compatriotas suyos celebraban una misa llamada del gallo y se invitaba a la misma a todo el que quisiera ir. Chung Li, que así se llamaba el oriental decidió acudir a la misma y así se lo comunicó por medio del móvil a su novia, Li Chung que vivía en Pekín.
—Después que termine esa misa del gallo, llámame para contarme qué tal lo has pasado —le pidió ella.
Chung Li, que esperaba hincharse de comer gallo en la ceremonia cristiana (pues él así lo entendió) no había probado bocado en todo el día. Terminada la misa del gallo, Chung Li llamó a su novia Li Chung:
—La misa del gallo es un engaño —le explicó decepcionado por completo—. No dan de comer ni gallo ni nada. Y están tan locos, que encima lo celebran cantando todo el tiempo. Y encima de no dan nada para comer pasan una bandeja para que pongas dinero. Jamás vi cosa más desvergonzada. Voy a ver si encuentro una hamburguesería para comer algo, estoy muerto de hambre.
—Lo que tienes que hacer es volverte a Pekín. Aquí cuando te invitan a una fiesta por lo menos te dan arroz y no pasan una bandeja para que les des dinero —escandalizada ella.
—Sí, es difícil vivir con gente tan rara, que además no sabe hablar como nosotros. Con lo fácil que es. Corto. Acabo de ver una Mc Donald´s.
