TENÍAN UN MÉTODO EFICAZ PARA SALVAR SU MATRIMONIO (MICRORRELATO)

TENIAN UN METODO INFALIBLE
Cuando Claudia y Esteban se casaron, lo hicieron enamoradísimos y convencidos de que su amor duraría eternamente. Se miraban con ojos encandilados y se derretían con las oleadas de ternura que se lanzaban mutuamente.
El tiempo, que tiene la inexorable y perversa tendencia a desgastarlo todo con sus infalibles armas: la rutina, la repetición y el tedio, apagó la ardiente, apasionada, extraordinaria pasión de la pareja, pero no el afecto y el entendimiento existente entre ambos, aparte de la conveniencia económica, social y familiar.
Convertidos en consumados actores, Claudia y Esteban interpretaban delante de familiares, amigos, conocidos y muy especialmente de los dos hijos que tenían, el papel de matrimonio ejemplar y muy respetuoso con el sagrado lazo que les había unido.
Dos días por semana, Esteban llevaba a Claudia a unos grandes almacenes y la dejaba allí.
—Como siempre, dentro de dos horas vendré a recogerte, cariño. Cómprate cosas bonitas —le deseaba él.
—De acuerdo, mi vida. Hasta luego. Que lo pases bien —le animaba ella.
Esteban después de dejar a su mujer se iba directamente al pisito donde le aguardaba su amante, y Claudia salía por otra puerta de los grandes almacenes para reunirse con el amante suyo al que iba a dedicar dos horas de desenfrenado sexo.
Y de esta manera los dos esposos conseguían seguir siendo un matrimonio estable y bien avenido contando así con la aprobación y el respeto de amigos, conocidos y familiares.

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