TATUAJE (MICRORRELATO)


(Copyright Andrés Fornells)
En cierta ocasión, una mujer que conocía mi madre, compró uno de mis libros y me pidió hiciera el favor de dedicárselo. La complací con sumo gusto y agradecimiento, pues para los escritores modestos como yo vender un libro nos causa la misma satisfacción (o mayor) que para los escritores famosos vender diez mil).
Reparé en que esta amable señora llevaba tatuados en su brazo derecho tres nombres y, curioso, le pregunté si eran los nombres de su marido y sus hijos. Ella esbozó una sonrisa enigmática y respondió a mi pregunta:
—Son únicamente los nombres de mis tres hijos.
—¿Es usted viuda?
—No, mi marido vive.
Los escritores necesitamos averiguar cosas sobre la gente para luego poder contarlas. Insistí en mi interrogatorio:
—¿Está usted divorciada?
—No, sigo casada con el padre de mis hijos.
—Perdone que sea indiscreto, ¿pero por qué no lleva entonces tatuado en su brazo también el nombre de su esposo?
Curvó sus labios una mueca que interpreté como irónica
—No llevó grabado el nombre de mi esposo por una sencilla razón: mis hijos siempre serán míos, mi esposo puede dejar de serlo cualquier día.
Algo debía barruntarse esa suspicaz mujer del tatuaje en el brazo, porque meses más tarde mi madre me contó que su marido se había fugado con la mejor amiga de ella.

Read more