Microrrelato
No intentes inventar el amor todos los días, porque esto queda fuera del talento de muchos de nosotros; pero sí procura deshacerte de la monotonía, el tedió y el cansancio, los enemigos que asesinan el amor. Procura alimentarlo, para que no desfallezca peligrosamente. Aliméntalo con la belleza de unos profundos
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(Copyright Andrés Fornells) Cuando llego a mi casa, la mitad de los miembros de mi familia, muchas veces, entretenidos en sus cosas (teléfonos móviles principalmente) ni contestan mi saludo. En cambio, “Max”, mi perro, corre inmediatamente hacia mí, salta y baila de alegría, superfeliz de verme y me lame la
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UN CORAZÓN TONTO Aunque yo lo regañaba muy severamente, él no me hacía el menor caso. Y cada vez que mis ojos veían a Enriqueta por la calle, con ese devastador movimiento de sus voluptuosas caderas, mi corazón escapaba tras ella dando espectaculares saltos de contento, y luego yo tenía
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LOS PERROS EN NUESTRAS VIDA Toda mi vida he tenido debilidad por los perros, y muy especialmente por los pastores alemanes. Al que aparece en la fotografía le puse el nombre de Tristán, posiblemente porque por aquel entonces llevaba algún tiempo gustándome mucho la música de Wagner. El perro me
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—Mamá, ¿a qué edad comenzaste a ponerte sujetador? —Mucho tiempo antes que tú, hija. —¿Cuánto antes? —Calculo que unos cinco años. Es que antes éramos muy púdicas. Me lo quité por primera vez mi noche de bodas. —Supongo que te lo quitaste porque te lo pidió papá —interesada su hija