SOBRE UNAS ROPAS ROBADAS (FÁBULA)

SOBRE UNAS ROPAS ROBADAS (FÁBULA)

La Mentira y la Verdad llegaron juntas al lago de la vida. Hacía mucho calor y la Mentira le propuso a la Verdad:

—Oye, si nos bañamos nos sentiremos más fresquitas.

—Yo no tengo bañador —dijo la Verdad—. Podría pasar alguien y yo sentiría mucha vergüenza de que me viesen desnuda.

—La vergüenza no sirve de nada, tonta. Lo sé yo mejor que nadie, y por eso yo nunca he sentido vergüenza por nada. Tampoco yo tengo bañador y pienso bañarme desnuda. Venga, no seas ridícula y anticuada, y báñate desnuda lo mismo que yo.

—Y si pasa alguien ¿qué? —objetó todavía la Verdad.

—Si pasa alguien te mantienes oculta en el agua y nadie verá tu desnudez integral.

—No sé, no sé…

—Venga, no seas gallina. Haz lo mismo que yo y disfruta de un rato de frescor metiéndote en remojo. Las personas vergonzosas y timoratas se pierden las mejores cosas de la vida. Haz como yo y las disfrutarás.

—Bueno, lo haré pero me saldré enseguida —se dejó convencer la Verdad.

La Mentira y la Verdad se desnudaron y metieron en el agua. La astuta Mentira en cuanto vio a la Verdad metida dentro del lago, salió de él cogió las ropas suyas y las ropas de la Verdad y marchó corriendo cargada con todas ellas. Desde entonces la Mentira, según le viene de capricho, se viste con las ropas suyas y también con las ropas que robó a la Verdad.

(Copyright Andrés Fornells)