SOBRE LA PASIÓN Y LAS VACAS (MICRORRELATO)

  • Mi abuelo Silvino era un rústico, sabio y filósofo.
  • Solía darme muy buenos consejos, que yo no siempre
  • era lo bastante inteligente para seguirlos todos
  • y sólo me aproveché de unos pocos. 
  • Uno de esos consejos suyos
    me lo regaló mientras doblábamos
    el espinazo plantando patatas a mano:
    Chico, debes controlar la pasión
    porque la pasión descontrolada
    te puede causar mayor ruina
    que una vaca en un sembrado.
    Gracias a este excelente consejo
    de mi sabio abuelo Silvino,
    controlé durante un tiempo mi pasión
    y las vacas que andaban sueltas.
  • Mi pasión la controlé hasta que conocí a Marta,
  • y ella me permitio entrar en su abrasante paraíso
  • y, debido a ese permiso, nos encontramos
  • los dos con lo que no deseabamos encontrarnos.
  • Con las vacas sueltas lo hice mejor.
  • Les puse una valla para que no
  • pudieran entrar en mi sembrado y dañarlo.
  • A mi abuelo se le olvidó aconsejarme pasar por una farmacia
  • antes de verme con Marta en el pajar.
  • Confió él demasiado en mi capacidad de controlar mi pasión.

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