Algunos fines de semana Joe Matson no los esperaba igual que sus compañeros de trabajo para irse a su casa a ver la televisión, al bar a tomar copas con los amigos y contar chistes, o para otras actividades habituales de asueto, sino para quedarse dentro de la empresa que
Un hombre y una mujer, jóvenes ambos, acaban de tomar asiento en un vagón de tren. Se les ve muy enamorados. Se cogen las manos y, por estar rodeados de pasajeros, controlan la pasión que los inflama y los besos que cambian son cortos, fugaces. De pronto él, que de
Lucía Corrales vivía en un pueblo pequeño, escondido entre altas montañas. Era un pueblo muy anticuado. Tanto era así que en todos los hogares reinaba el pudor y la ciega obediencia de los hijos a los padres. Estos dos principios morales conseguían que las mozas llegasen al matrimonio con el