SI BUENO ERA LO PERDIDO, TODAVÍA MEJOR FUE LO ENCONTRADO (MICRORRELATO)

SI BUENO ERA LO PERDIDO, TODAVÍA MEJOR FUE LO ENCONTRADO
La estuve esperando con un precioso ramo de rosas rojas en mis manos, y ella no apareció. Tardé dos días en averiguar que se había marchado en el coche deportivo de uno que no le había regalado flor ninguna nunca, pero sí paseos automovilísticos a gran velocidad. No dije que iba a matarme por el disgusto sufrido con su desamor. Lo que hice fue regalarle aquel ramo de rosas a otra chica que supo agradecerme, con generosidad, este obsequio romántico pues, para mi cumpleaños me regaló un Rolls-Royce nuevecito de color cielo, el color de sus bonitos ojos. A veces tenemos la suerte de que es mejor lo que encontramos, que lo que hemos perdido.