¿SERVÍS PARA ALGO LOS POETAS? (HETERODOXIA)

¿SERVÍS PARA ALGO LOS POETAS? (HETERODOXIA)

¿SERVÍS PARA ALGO LOS POETAS?

—¿Servís para algo los poetas? ¿Mejoráis en algo la economía general, la vida de la gente? ¿Generáis acaso riqueza, prosperidad y salud para los demás? Por supuesto que no, no fabricáis nada, sois todos una antigualla, parasitaria e inútil.

El apabullado y desnutrido poeta recibió con una triste, dolorosa y humilde expresión la agresividad de su detractor al que jamás había causado molestia ni daño alguno, y se defendió con los argumentos que lo convencían de que merecía la pena dedicarse en cuerpo y alma al arte que él tanto amaba:

—Los poetas servimos, entre otras muchas cosas que no sabré enumerar todas, para recordarte y ayudarte, cuando lo olvidas, lo bello y frágil que es el maravilloso mundo en el que vives y al que debes cuidar en vez de ensuciar y destruir. Un mundo sin poetas que lo ensalcen como merece es prosaico, devaluado y feo. Cuando dejen de existir los poetas, nuestro planeta se quedará sin nadie que cuente, valore y ensalce sus deslumbrantes colores, sus embriagantes perfumes, y sus maravillosas bellezas. Y el mundo será oscuro, apestoso y horrible.

Su violento, antagónico e irracional interlocutor solo encontró un argumento para hacerlo callar: darle un salvaje puñetazo en la boca. MORALEJA: Desde la noche de los tiempos la sinrazón acostumbra silenciar con la violencia lo que no quiere escuchar ni sabe razonar.

—¿Servís para algo los poetas? ¿Mejoráis en algo la economía general, la vida de la gente? ¿Generáis acaso riqueza, prosperidad y salud para los demás? Por supuesto que no, no fabricáis nada, sois todos una antigualla, parasitaria e inútil.

El apabullado y desnutrido poeta recibió con una triste, dolorosa y humilde expresión la agresividad de su detractor al que jamás había causado molestia ni daño alguno, y se defendió con los argumentos que lo convencían de que merecía la pena dedicarse en cuerpo y alma al arte que él tanto amaba:

—Los poetas servimos, entre otras muchas cosas que no sabré enumerar todas, para recordarte y ayudarte, cuando lo olvidas, lo bello y frágil que es el maravilloso mundo en el que vives y al que debes cuidar en vez de ensuciar y destruir. Un mundo sin poetas que lo ensalcen como merece es prosaico, devaluado y feo. Cuando dejen de existir los poetas, nuestro planeta se quedará sin nadie que cuente, valore y ensalce sus deslumbrantes colores, sus embriagantes perfumes, y sus maravillosas bellezas. Y el mundo será oscuro, apestoso y horrible.

Su violento, antagónico e irracional interlocutor solo encontró un argumento para hacerlo callar: darle un salvaje puñetazo en la boca.