¿SABES REPARAR CAMAS? (MICRORRELATO)
Carmelita Persiana era la chica más práctica de cuantas he conocido, pues me aseguraba con la confianza que, por motivos de vecindad nos teníamos mutuamente:
—Vecino, la libertad es lo único que puede salvar a este mundo de la gran hipocresía imperante.
—La libertad y la sinceridad —le reconocía yo.
Carmelita Persiana demostraba en la práctica este principio de libertad suya. Cuando un chico le gustaba se acercaba a él y, con su más seductora sonrisa le preguntaba:
—¿Sabes reparar camas?