RIESGO LATENTE (MICRORRELATO)

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RIESGO LATENTE
La madre y la hermana de Arturito Ciruelas vivían amargadas, La primera porque la había abandonado el mardio, y la segunda por haber sufrido la traíción de su pareja. Estos traumaticos sucesos influían en ellas hasta el punto de aconsejarle a Arturito, machaconamente: 
—No te fíes de esa chica con la que sales. Es muy desenvuelta, coqueta y algo frívola. Puede hacerte sufrir, cuando menos lo esperes, igual que nos pasó a nosotras con los hombres que amabamos y en los que habíamos depositado toda nuestra confianza. 
El muchacho, comprendiéndolas y compadeciéndolas, respondía:
—No os preocupéis tanto por mí. No sirve de nada, porque si Marisa quiere romperme el corazón yo nada podré hacer por evitarlo. Es el riesgo al que se expone todo aquel que se enamora y da su amor a otra persona, como es mi caso y el vuestro.
Su madre y hermana entendieron su obcecación, su fatalismo y con no poca tristeza le abandonaron, considerándolo inevitable, a su suerte. Y como si estuviese  él predestinado también a sufrir el abandonó de su amada, Marisa rompió con él para entrar en un convento, pues su amor por Dios resultó mucho más fuerte que su amor por Arturito.