¿QUIÉN DE LOS DOS HABÍA ESPERADO MÁS TIEMPO? (MICRORRELATO)
(Copyright Andrés Fornells)
Él era un hombre de negocios muy riguroso, disciplinado y recto. Su esposa se ocupaba del buen funcionamiento de su hogar y era alegre, despreocupada y encantadora. Habían acordado el día del cumpleaños de ella celebrarlo en un lujoso restaurante. Ella tenía toda la tarde para arreglarse. Él iría con la misma ropa que llevaba en su empresa. Él llegó al lugar donde se habían citado, tan puntual como un reloj suizo. Tener que esperar lo exasperaba y la impuntualidad ajena lo sacaba de quicio. Su mujer llegó cuarenta minutos tarde, preciosa, tranquila, sosegada. Él con un tono de enfado en su voz le dijo:
—No lo entiendo. Tenías cuatro horas para vestirte y arreglarte y me has tenido cuarenta minutos aquí esperándote.
—Eso es poco tiempo, cariño —desarmándole ella con una arrebatadora sonrisa—. Yo esperé veinticuatro años, seis meses y dos días a que tú me encontraras y te enamorases de mí. ¿Quién de los dos ha demostrado tener más paciencia en lo de esperar al otro?
A su marido se le pasó de inmediatamente el enojo y levantándose, galante, cogió la silla que debía ocupar su mujer, espero a que ella se sentara, se la arremetió con cuidado y a continuación le preguntó con manifiesta amabilidad:
—¿Estás cómoda, mi vida?
—Sí, maridito mío, muy cómoda. Eres el más adorable de los hombres, ¿lo sabes?
Y como había mucho amor entre ellos, cada uno siguió, en adelante, siendo igual que había sido siempre.