PUERTAS (Píldoras filosóficas)
PUERTAS
De muy poco te va a valer que se te abran mil puertas,
si la más importante de todas ellas,
la puerta de la felicidad,
la encuentras siempre cerrada.
PUERTAS
De muy poco te va a valer que se te abran mil puertas,
si la más importante de todas ellas,
la puerta de la felicidad,
la encuentras siempre cerrada.
En mis viajes por lejanos países he experimentado el inmenso placer de contemplar extraordinarias, colosales obras arquitectónicas, la mayoría de ellas magníficos templos dedicados a grandes dioses representantes supremos de multitudinarias religiones que prometen algún tipo de cielo, donde los buenos son recompensados, y algún tipo de infierno donde se
Anacleto Porrones huyó siempre del trabajo, igual que la mosca viva huye de la sopa de un mendigo. Su extremadamente trabajador padre trató de despertarle el amor al trabajo con máximas tan sensatas como ésta: —Hijo trabaja en algo. Serás muy desdichado si no lo haces. Si continúas ocioso. La
Mucha gente debe preguntarse cómo lavaban la ropa y con qué, en tiempos del Imperio Romano, pues no habían inventado todavía ni las lavadoras ni los detergentes. Pues bien, como los romanos de la antigua Roma no eran tan guarros como muchos ignorantes e indocumentados cuentan de ellos, les revelaré