PRUEBA DE LA FERTILIDAD: ANTIGUA Y MODERNA (SUPERSTICIONES, MISTERIOS Y MAGIAS)
En la Grecia clásica, para saber si una mujer era estéril o no, se le colocaba un ajo en la vagina y si al día siguiente la boca le olía a ajo, esta mujer se consideraba
que era fértil. Y en el caso de que no fuera así, se creía que era debido
a que sus conductos vitales estaban cerrados. Podría considerarse,
basándonos en los conocimientos de esa época, que los humanos
actuales hemos sufrido un notable retroceso científico puesto
que hoy en día necesitamos aparatos modernos muy
complicados y caros para llegar a descubrir
lo mismo que esa gente antigua averiguaba
de manera tan sencilla y barata.