Microrrelato
LA VIDA EN BROMA: ADIÓS LUCRECITA (MICRORRELATO)
Adiós Lucrecita, que te vaya bien. Te fuiste dejándome el corazón roto en mil pedazos, un puerco trapo de cocina, una novela a la que le faltaban las veinte páginas finales, y una gata coja. El trapo de cocina lo tiré a la basura porque estaba muy sucio y roto.