NOCHES BAÑADAS DE PLATA (MICRORRELATO)


NOCHES BAÑADAS DE PLATA
(Copyright Andrés Fornells)
El rayo de luna plateada avanzó lentamente por la calle solitaria derrotando la oposición que le ofrecía la oscuridad. Ese rayo luminoso ganaba terreno unido al silencio cómplice que lo acompañaba. Llegó hasta el portal donde nos refugiábamos tú y yo. Y al separarnos del apasionado beso que nos habíamos dado iluminó tu cara y yo leí en ella tanto amor que me estremecí sacudido por un huracán de felicidad. Y al iluminar ese mismo rayo mi cara tú me dijiste:
—También yo. También yo podré amarte toda mi vida.
El plateado rayo de luna nos estuvo iluminando hasta que desde la ventana de la casa, tu madre te advirtió, severa:
—¡Mary, ven enseguida! Es hora de acostarte. Mañana tienes que madrugar.
Tú y yo nos quejamos de que, contrariando nuestros más profundos anhelos, las noches con luna de plata no fueran eternas.
Tú te marchaste, y la luna, la noche y yo nos quedamos sin lo más hermoso que teníamos.