NADAL NOS HA MARAVILLADO OTRA VEZ MÁS (ACTUALIDAD)

(Foto de La Vanguardia)
(Copyright Andrés Fornells)
Rafa Nadal ayer tarde realizó una nueva heroicidad: ganar otra vez más el Roland Ga-rros (suma ya 13). Y le vimos vibrar de emoción mientras izaban la bandera de España y se escuchaba el himno que representa a todos los que nos sentimos españoles.
Y Rafa Nadal ganó este nuevo trofeo con extraordinaria valentía, sacrificio, lucha y pundonor, cualidades éstas que desde tiempo inmemorial han caracterizado a tantas personas nacidas dentro de esta piel de toro poblada por gentes diversas, diferentes en costumbres y, en algunos casos, en lenguajes también.
Hoy, unos cuantos millones de españoles (a los que debieron sumarse muchísimos más millones de impresionados extranjeros) admiramos y ensalzamos las especiales, soberbias, inmejorables cualidades humanas y deportivas que atesora este tenista extraordinario y vibramos de emoción con él.
Y yo, personalmente, que tantas veces he admirado a esos deportistas de países extranjeros, que con la mano en el corazón luchan en eventos deportivos por el honor y la exaltación a su país, no sentí más envidia de ellos porque uno de los nuestros, Rafa Nadal, nos representaba a los que sin pasar por el estúpido temor de que, los ciegos fanatizados de turno nos llamen fachas, sentimos amor por la que consideramos nuestra gran patria.
Este modesto escrito lo dedico a los que conservan todavía los sentimientos de tolerancia y el amor a su historia y a su tierra, y se sienten orgullosos de que les representen héroes deportivos de la inigualable talla de Rafa Nadal.
Sé que con lo que acabo de escribir me ganaré algunas enemistades, pero no me importa, porque todo aquel que se rinde, por miedo, a la voluntad de los demás renunciando a sus propios principios y creencias es un cobarde que no merece haber nacido donde nació y nacieron sus ancestros.