METERSE EN LA BOCA DEL LOBO (MICRORRELATO)

METERSE EN LA BOCA DEL LOBO
Esta expresión viene de una conocida fábula. La fábula de un lobo al que se le atoró un hueso de ave en la garganta. Este hueso le causaba tanto dolor y sufrimiento que pidió, a gritos, ayuda. Una cigüeña lo escuchó y compadeciéndose de él, entró en su cueva, metió su largo cuello hasta el fondo de la garganta del salvaje animal y consiguió extraerle el hueso.
Al no recibir muestra alguna de agradecimiento por parte del lobo, la cigüeña le dijo:
—Poco agradecido eres, señor Lobo.
—Te equivocas. Si no fuese agradecido, ahora mismo te estaría comiendo con lo sabrosa que debes estar.
La cigüeña, temerosa de que el lobo fuera a arrepentirse de no haberla devorado y pudiera hacerlo todavía, emprendió rápido y veloz vuelo pensando en que podía estar equivocado aquel otro dicho que ella conocía: “Haz bien, y no mires a quién”.

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