LOS ROMANOS QUE CULPARON DE SU DERROTA A UN ENJAMBRE DE ABEJAS (HISTORIA)
Somos multitud los que creemos que las abejas son los insectos más útiles para los humanos de todos cuantos existen. Merecen nuestra admiración y agradecimiento por la riquísima miel que nos regalan. Aparte de esto poseen una jerarquía social bien ordenada, trabajan incansablemente en favor de su colectividad y poseen una extraordinaria disciplina militar. A todo lo anterior podemos añadir su capacidad de sacrificio, cuando empleando la defensa mueren al clavar su aguijón.
Una gran enjambre de abejas tuvo un enorme protagonismo en la Roma del año 218 a. C.
Fue cuando los romanos se enfrentaron a los cartagineses de Aníbal que amenazaban con llegar hasta el corazón de la república.
A este invasor tuvo que plantarle cara el cónsul Publio Cornelio Escipión, quien reunió apresuradamente un ejército y lo comandó.
El enfrentamiento de los dos ejércitos sería junto al río Tesino el día 1 de diciembre.
Antes de entrar en combate, los romanos vieron en un árbol justo encima de la tienda de campaña de Escipión un enjambre de abejas, detalle que era considerado por ellos signo de que ocurrirían grandes desgracias. Los romanos salieron a combatir albergando profundos temores, que resultaron más que fundados.
Durante la batalla el general Publio Cornelio Escipión fue herido y habría perdido la vida de no ser por la heroica actuación de su propio hijo, el futuro Africanus, que salvó a su padre de la muerte. (Sobre este salvamento hay otras versiones, pero yo me quedo con ésta porque la considero la más bonita).
Roma sufrió así la primera derrota en su territorio contra el ejército cartaginés de Aníbal por culpa (según el parecer de los romanos) de un enjambre de abejas.
Los cartagineses de Aníbal, demostrando ser menos supersticiosos, pues atribuyeron su vitoria a que eran mejores guerreros que los romanos.
(Copyright Andrés Fornells)