LOS QUE CONOCIMOS LA VERDADERA FELICIDAD (RELATITO)

LOS QUE CONOCIMOS LA VERDADERA FELICIDAD

(Copyright Andrés Fornells)

Si no hubiese sido por las zancadillas que nos hacíamos de chicos, por los juegos con canicas, por esas heridas que curaba la saliva materna, por esa zapatilla materna de escarmiento, por el tirón de orejas con igual intención paterno, por los juegos en la calle, por esos melocotones robados durante las vacaciones estivales, por ese monigote colgado en la espalda del profe antipático y cruel, por guardarnos los peores pecados a la hora de la confesión con el cura aburrido y santurrón, por esos primeros besos a escondidas teniendo a la luna por único testigo, la lectura de libros manoseados a los que faltaban hojas, la fidelidad de nuestro perro sin pedigrí y muchas otras cosas como éstas, ninguno de los que vivimos faltos de todo y sobrados de nada, no hubiésemos conocido lo que era la verdadera felicidad.