LOS PODERES SOBRENATURALES DE MI PRIMA AGRIPINA (MICRORRELATO)

Microrrelato 24 de nov. de 2021

(Copyright Andrés Fornells)
Decían de mi prima Agripina que tenía poderes sobrenaturales. Un día en que me acerqué a su casa a preguntarle cómo estaba pues llevaba yo un tiempo sin verla, me aseguró que estaba muy bien y distrayéndose con la limpieza de una escoba, de la que decían haberla visto barriendo sola. Le mencioné a mi prima lo que algunos decían de ella y le quitó toda importancia:
—La gente que habla por hablar, primo. Toma te regalo este cactus.
Le di las gracias, dos besos en las mejillas y un adiós.
El cactus fue cactus durante una semana. A la semana siguiente se convirtió en un geranio. Bastante sorprendido fui a casa de mi prima Agripina y le conté el extraño fenómeno que le había ocurrido a su regalo.
—Eso es que no lo miraste bien, primo. Vuelve a tu casa y míralo de nuevo.
Fui a mi casa y lo que yo había visto como geranio al marcharme, era de nuevo, a mi vuelta, un cactus.
A partir de este hecho yo me sumé a los que decían que mi prima Agripina tenía poderes sobrenaturales. Temeroso de estos poderes suyos dejé de visitar a mi prima Agripina. Debió tomárselo a mal porque un día desapareció la maceta con el cactus, y una vecina me aseguró que la había visto alejarse, volando, de mi casa.
—¿Cómo volaba? —le pregunté a esa vecina.
—Le habían salido alas al tiesto.
Voy a visitar de nuevo a mi prima Agripina y pedirle me devuelva el cactus, me había encariñado con él. Sus pinchos me recordaban la barba de mi abuelo Silvino al que yo siempre quise muchísimo.

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