LOS PALEOLÍTICOS MODERNOS (MICRORRELATO)
Venimos sufriendo con pena, indignación y horror, que una parte de nuestra sociedad (todavía pequeña pero en evidente y rápido crecimiento) respeta más a los animales que a las personas y a un bolardo en una acera, que al monumento de un eminente científico si no era de su misma tendencia política. Éstos que quiere borrar cuanto hicieron sus antepasados en pro de la civilización y el progreso, y que ponen su máximo empeño en despreciar, condenar y destruir toda la historia de su país, derribar las estatuas de sus héroes y próceres, y poner en sus pedestales a los muy admirados, por ellos, seres paleolíticos que eran los únicos, según su criterio de cortitos mentales, dignos de ser admirados y ocupar monumentos en plazas, parques y demás lugares de notoriedad urbana.
Para estos modernos, es más importante, y una demostración de máximo talento, un menhir, que la Alhambra de Granada, la Capilla Sixtina o el Taj Mahal, para no cansar mencionando otras muchas miles de maravillas logradas por hombres “deleznables”, para ellos, porque pertenecen a la, por ellos, opresora tribu de los cultos, los creadores de belleza, los civilizadores y los genios.
Todos estos modernistas demoledores me recuerdan a un cateto que, en mitad de la calle, pregonaba bien alto, creyendo lograr la admiración de quienes podían oírle: “¡Malas mierdas ahoguen a todos los que tienen una perra chica más que yo, y saben también más que yo!”