LOS CONSOLADORES VIENEN DE MUY ANTIGUO (Lectura no apta para menores)

LOS CONSOLADORES VIENEN DE MUY ANTIGUO (Lectura no apta para menores)

LOS CONSOLADORES VIENEN DE MUY ANTIGUO (Lectura no apta para menores)

Copyright Andrés Fornells

Existen pruebas fidedignas de que los complementos sexuales existen desde hace más de tres mil años. Ya se mencionaban artículos y objetos destinados al placer sexual en la antigua Grecia, Roma, Egipto, la India y Japón. Esas antiguas civilizaciones construían los consoladores de cera, cuero, madera y hasta metal. He leído que algunas damas egipcias los usaban hechos de papiro con abejas dentro. Los más sofisticados de todos ellos se han encontrado en manuscritos chinos que explican originalidades tales para los hombres como atarse la base del pene con seda para mantener la erección y para las mujeres las famosas Bolitas Chinas.

En la cultura griega se ofrendaba a la diosa Afrodita en los ritos de amor, fecundidad y sexo, zanahorias y pepinos que lubricaban con abundante aceite de oliva. El famosos Kamasutra describe dildos de cuero con incrustaciones preciosas y madera pulida. En el Oriente Medio, aunque con menor antigüedad a las civilizaciones anteriormente mencionadas usaron consoladores fabricados con boñiga seca de camello recubierta de una resina resistente. Que cada cual imagine el olor que debían desprender.

Por cierto, la etimología de la palabra dildo no se conoce, aunque algunos creen que deriva de la palabra italiana diletto (complacer)

La razón por la que se han hecho tan famosos estos objetos de placer, en especial entre las mujeres, a falta de un novio, un marido o un buen amante, es porque este juguete no pone cuernos, lo manejan como quieren, a la hora que les conviene, no las deja embarazadas, no les contagia ninguna enfermedad venérea, no sufre eyaculación precoz y no se pone celoso ni las maltrata.

Y para los detractores del famoso doctor Sigmund Freud, me permito exponer que son muchas las voces que proclaman que este eminente personaje austriaco estableció las bases de la sexualidad moderna, pues reconoció el absoluto derecho de las mujeres a sentir placer, consiguiendo que no se considerara más, la ansiedad femenina, como una enfermedad.

MORALEJA: Es tan poderoso el placer sexual que quienes quieren y necesitan controlarlo todo lo convirtieron en pecado cuando este placer quedaba fuera de su control.

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